Cuando roncar es un problema
La roncopatía crónica se manifiesta durante el sueño y sin duda repercute en la vida diurna del paciente. Tanto es así, que este trastorno puede provocar accidentes laborales o de tráfico debido a la somnolencia.
Se dice que una persona ronca cuando se forman turbulencias de aire en su aparato respiratorio y emite ruidos. Cuando este trastorno se mantiene de manera constante durante más de tres meses, ya se habla de roncopatía crónica, y cuando supera el año se afirma que esa roncopatía ya está plenamente instaurada.
Los riesgos asociados a la roncopatía crónica varían en función de los hábitos de cada paciente, como el hecho de consumir alcohol o fumar. Pero, de lo que no hay duda, es de los graves riesgos cardiovasculares y de hipertensión que van ligados a este trastorno.
El 10% de personas de raza blanca tiene el tabique nasal desviado
Según el doctor Carlos Magriñá, otorrinolaringólogo y director de la unidad de roncopatía que lleva su nombre, si se tiene en cuenta que el 10% de los individuos de raza blanca tiene el tabique nasal desviado, una de las soluciones para las personas que sufren de roncopatía consistiría en, una vez descartadas otras alteraciones, disminuir el tamaño de los cornetes congestionados mediante técnicas médicas mínimamente invasivas. Los cornetes son las estructuras que están en contacto con el tabique y regulan el flujo de aire.
En un solo acto médico se puede solventar una roncopatía provocada por anomalías tanto en la forma de la úvula del paladar como de las estructuras de la nariz. Los tratamientos mínimamente invasivos tienen la ventaja de que a la noche siguiente el paciente ya deja de roncar, o, si lo hace, el ronquido es mínimo. El único inconveniente es que en una reducción volumétrica de los cornetes en ocasiones se produce una inflamación, lo que puede acarrear la aparición de una obstrucción nasal por un periodo de entre 3 a 5 días.
Al margen de las anomalías en la forma de la úvula y el paladar, existen otros factores que influyen en las alteraciones del sueño: un golpe en la nariz que deforme la ventilación y obligue al paciente a respirar con la boca abierta, un pólipo nasal, los procesos víricos propios de la época otoñal a los que están asociados los resfriados y las rinitis infecciosas y alérgicas, etc.
La roncopatía crónica puede tener consecuencias “letales”
Para el doctor y otorrinolaringólogo, Carlos Magriñá, roncar de manera crónica es algo que debe ser tratado como una enfermedad, ya que sus consecuencias pueden llegar a ser “muy letales”, equiparables a dolencias endocrinológicas, diabetes o nefropatía diabética. Magriñá asegura que la roncopatía crónica lleva aparejada hipertensión, disminución de la concentración, riesgo de accidentes laborales, problemas cardiovasculares como infartos y trastornos de la personalidad que incluyen la depresión.
Hay pacientes de roncopatía crónica que recurren a las mascarillas, las llamadas CPAP. A este respecto, el doctor Magriñá opina que estos dispositivos dan cierto bienestar al enfermo, sobre todo al principio, pero que con el paso del tiempo, si se presenta mucha obstrucción, es un tratamiento molesto, porque se tiene que aumentar la presión y hay que llevar la mascarilla como si fuera “un cinturón de pantalón muy apretado”. Los pacientes muy jóvenes también prefieren desprenderse de las CPAP. En general, si la afección por ronquidos es moderada, la mascarilla puede ser una solución.
De todos modos, el otorrinolaringólogo apuesta por otras alternativas. Si el diagnóstico es precoz y por tanto la roncopatía se encuentra en fases iniciales, en el 85-90% de los casos el tratamiento es ambulatorio. Los sistemas para acabar con los ronquidos pasan por el láser, la radiofrecuencia y sus distintas variables, la administración de sustancias para tensar el velo del paladar, etc.
Magriñá no duda que en breve aparecerá un chip que, inoculado en la zona de las vías respiratorias, autorregulará y tensará la musculatura sin despertar al paciente. Este dispositivo en forma de chip ya está en fase de ensayo.
Los niños que roncan pueden perder hasta 11 puntos de coeficiente intelectual
Los niños que roncan pueden perder hasta 11 puntos de su coeficiente intelectual y ver así afectado su rendimiento escolar por el cansancio y los trastornos de comportamiento que sufren, según explicó en una ponencia el codirector del Servicio de Otorrinolaringología del la Clínica Teknon, Jordi Coromina.
Según aseguró este doctor, un 12% de los niños son roncadores y la mitad de ellos tiene incontinencia urinaria cuando duermen. Además, las apneas del sueño asociadas a los ronquidos triplican el riesgo de padecer un trastorno de déficit de atención e hiperactividad.
Durante un discurso en el XXI Congreso Nacional de la Sociedad Española de Pediatría Extrahospitalaria y Atención Primaria, que se celebró en Barcelona, Coromina señaló las “otras posibles consecuencias” que sufren estos niños.
Entre ellas, mencionó trastornos en la forma de la cara, desarrollando “dientes de caballo”, incontinencia urinaria nocturna, cansancio diurno y bajo desarrollo de peso y altura. Sobre esto último, señaló que los niños roncadores sudan y consumen más calorías de lo habitual por la noche, lo que produce una “disminución” de la fabricación de la hormona del crecimiento.
Apnea obstructiva del sueño
Coromina aclaró que “no todos los adultos que roncan están enfermos; sólo aquellos que tienen el síndrome de la apnea obstructiva del sueño, es decir, paradas respiratorias que pueden provocar hipertensión, problemas de corazón o impotencia“, entre otros. En cambio, señaló que “todos” los niños roncadores tienen problemas de salud.
Las apneas obstructivas del sueño causan “estragos” en los niños que las sufren cuando ingresan en el sistema escolar, ya que es entonces cuando se detecta su hiperactividad. En este sentido, lamentó la confusión con algunos chicos, a los que se considera hiperactivos y “en realidad lo que tienen son ronquidos“, que les impiden “centrar la atención” durante el día.
Según añadió, a diferencia de los adultos con apneas obstructivas del sueño, que están somnolientos al día siguiente, los niños se muestran “muy excitados”. Por ello, se mostró contrario a administrarles estimulantes, el tratamiento habitual para estos chicos, ya que es necesario optar por una resolución quirúrgica de su obstrucción respiratoria.
Las roncopatías tienen diversos orígenes. Por eso, es fundamental localizar el problema y solucionarlo. Hoy en día se está extendiendo el uso de la cirugía mínimamente invasiva.
Radiofrecuencia para acabar con los ronquidos
Una de las novedosas técnicas que se usan para tratar la roncopatía es la radiofrecuencia, que actúa en determinadas partes blandas (paladar, región amigdalar, cornetes, etc.) gracias a la acción de una especie de bisturí eléctrico que ni corta ni destruye los tejidos, sino que desnaturaliza sus proteínas a nivel molecular.
La radiofrecuencia, que se administra a nivel ambulatorio, es ideal para aquellas personas que roncan habitualmente o que, a pesar de iniciarse en este trastorno, ya empiezan a molestar a la pareja con la que comparten cama durante el descanso nocturno.
Por término medio, un paciente con una obstrucción nasal secundaria que se ha sometido a la técnica de radiofrecuencia deja de roncar a los 3 o 5 días, mientras que uno con afecciones en el paladar o úvula lo hace el mismo día del tratamiento o al día siguiente, a lo sumo. A estas personas ya tratadas se las ve “rejuvenecidas y oxigenadas”.
Muchos enfermos de roncopatía o apneas no son conscientes de los perjuicios que, tarde o temprano, suponen estos trastornos del sueño para su salud: hipertensión, disfunciones vasculares, predisposición a los infartos, accidentes de tráfico por somnolencia diurna, despidos por bajo rendimiento laboral, problemas conyugales, etc.
Casi todas las roncopatías pueden solucionarse sin dolor
Se puede dejar de roncar sin dolor, sin ingreso hospitalario y con una recuperación inmediata en más del 90% de los casos, según confirma el doctor Carlos Magriñá, otorrinolaringólogo y director de la unidad de roncopatía y apneas que lleva su nombre. Hoy en día, agrega, quien ronca es porque quiere.
El tabaco, el sedentarismo y el sobrepeso favorecen la aparición de roncopatías y apneas. Con el abandono de estos hábitos se conseguirá un aumento del tono muscular, una mayor ventilación y un incremento de la oxigenación por disminución de la grasa cervical, con lo que se dejará de roncar.
En la actualidad, muchos pacientes con crisis de roncopatía se tratan con un CPAP, o máscara que, adaptada a nivel nasal, insufla aire. Estos dispositivos a veces no son bien tolerados por razones “claustrofóbicas”, apunta el doctor Magriñá, quien se decanta por la cirugía en individuos con un buen diagnóstico e historial clínico.
Por otro lado, el doctor Magriña explica que el uso de las tiras nasales, al ensanchar los orificios de la nariz, pueden ser útiles en el tratamiento de roncopatías secundarias.
Aunque roncar es típico del sexo masculino y de hecho es algo que está socialmente aceptado, las mujeres también pueden emitir ronquidos. El sexo femenino está hormonalmente protegido de la roncopatía, pero eso puede cambiar con la llegada de un embarazo debido al aumento de la segregación de una hormona, la progesterona, que lleva aparejado un incremento de la congestión nasal. Los ronquidos pueden manifestarse en el segundo y tercer trimestre de embarazo.
De igual modo, con la menopausia la protección hormonal de las mujeres cede y el riesgo de roncopatía se equipara al de los hombres.