El ajo, un alimento que vale para todo
Cuando termines de leer este artículo, ya no te extrañará saber que Hipócrates, el padre de la medicina actual, ya recetaba en la Antigua Grecia el ajo como remedio para muchas dolencias diferentes.
Se trata de uno de los productos naturales que más propiedades reúne, y parece mentira que un alimento tan pequeño contenga tantos efectos beneficiosos. Hoy en día se ha puesto de moda el término “superalimentos” para definir todos aquellos productos naturales que reúnen una gran cantidad de propiedades, y el ajo se encuentra, sin ningún lugar a dudas, en la parte alta de la lista de estos alimentos.
Las propiedades medicinales que tiene se ven frenadas por dos aspectos: por un lado, que tiene un sabor realmente picante y fuerte, que cuesta sacar de la boca. Por otro, que tiene un olor muy característico, que suele resultar desagradable para mucha gente. Si se consigue superar esos dos aspectos se podrá comenzar a disfrutar de todas las cosas buenas que este alimento tiene para nosotros.
Por un lado, el ajo contiene alicina. Se trata de un compuesto de propiedades medicinales muy potentes. Por otro lado, tiene un valor nutritivo muy alto, mientras que su valor calórico es realmente insignificante. Una porción de 30 gramos tiene 1 gramo de fibra, un 15% de vitamina C, un 17% de vitamina B6 y un 23% de manganeso. También tiene otro tipo de nutrientes, como son el hierro, la vitamina B1, el fósforo, el potasio, el cobre y el calcio, aunque en menor medida que los elementos señalados en primer lugar.
Otro de los aspectos que hacen de este alimento uno de los mejores productos naturales de los que podemos encontrar en el supermercado es que contiene una gran concentración de antioxidantes, además de que es una importante ayuda para prevenir dolencias mentales como la demencia y el alzheimer. El envejecimiento se produce por la oxidación de los radicales libres, por lo que las propiedades antioxidantes de este alimento ayudan a frenar su aparición y nos proporcionan un aspecto más sano y juvenil, ya que aumenta las enzimas que combaten la oxidación. Sumado a esto, también se consigue un efecto beneficioso sobre la presión sanguínea y la consiguiente reducción del colesterol.
Este efecto sobre la presión sanguínea hace que las enfermedades de tipo cardiovascular también se vean reducidas gracias a su ingesta, pero, lo más sorprendente, también tiene un fuerte efecto sobre el resfriado común. Es capaz de hacer bajar su incidencia hasta en un 63%, por lo que si eres propenso a resfriarte en invierno, o los resfriados te duran mucho tiempo, no dudes en recurrir al ajo para mejorar tu situación. A la vez que estás previniendo esta enfermedad, también consigues eliminar de tu cuerpo los metales pesados que se acumulan con la alimentación y la polución, haciendo que el nivel de plomo en sangre se reduzca hasta en un 19%.
Otra de las propiedades de estos productos naturales es que, al aumentar los niveles de estrógenos, tiene un efecto muy beneficioso sobre la salud ósea, de manera que regenera el hueso y es muy conveniente para prevenir y combatir la osteoporosis en cualquiera de sus estadios, así como para hacer que la artritis sea más llevadera.
Uno de los aspectos más beneficiosos del ajo es que, sin duda, ayuda a prolongar la vida y a mejorar el rendimiento físico. Combate enfermedades infecciosas y mejora nuestros niveles de sustancias positivas para el organismo, por lo que es uno de los productos naturales que mejor sienta al organismo, sin tener ningún efecto negativo sobre el mismo. Es fácil de añadir prácticamente a cualquier comida: picado, en polvo o laminado, le da sabor y hace que sean más sabrosas. Su efecto como antibiótico produce que nuestro cuerpo elimine bacterias dañinas para el mismo, acabando también con el reumatismo y las diarreas, además de ser muy efectivo contra el cólico estomacal. Para las personas inapetentes también está recomendado, ya que ayuda a abrir el apetito si se toma en ayunas, actuando al mismo tiempo como protector de la vesícula y del hígado.
Al tomarlo en ayunas, se ayuda que desintoxique el organismo con mayor rapidez, previniendo al mismo tiempo la diabetes y los problemas que se relacionan tradicionalmente con la depresión, la ansiedad y los estados de nervios y estrés. Una dosis de dos dientes al día es bastante recomendable para un adulto. Si el sabor te resulta muy fuerte, puedes probar a picarlo, e incorporarlo a un poco de tomate rayado, untando el resultado sobre el pan.