La acromegalia, soy gigante
El crecimiento normal de un niño debe ser de unos 6 cm cada año. Todo crecimiento más bajo podría indicar problemas de desnutrición, infecciones crónicas etc. Pero, ¿qué sucede cuando su crecimiento está por encima de la media?
Acromegalia: Enfermedad invasiva
En la actualidad los hechos médicos confirman que la acromegalia es una enfermedad muy invasiva que tarda años en desarrollarse y expandirse por todo el cuerpo. Sus síntomas son variados e incómodos por lo que son fácilmente confundidos antes de que pueda ser diagnosticado y tratada la enfermedad. El resultado: el retrato desfigurado del paciente que la sufre.
¿Qué es exactamente la acromegalia?
La acromegalia es una enfermedad crónica que se traduce como consecuencia del exceso de la hormona de crecimiento GH -antes conocida como somatropina- que trae como consecuencias entre otras un crecimiento desmesurado de las manos, los pies y la parte inferior de la cara.
La acromegalia es un mal difícil de diagnosticar por lo que gran cantidad de profesionales especialistas comparten en la actualidad sus experiencias con el fin de que esta enfermedad sea con mayor rapidez diagnosticada y tratada. Así, la acromegalia no ha sido reconocida en casos donde existían problemas de corazón o tamaño excesivo de la lengua y en las cuales la causa principal es el exceso de hormona GH.
La hormona del crecimiento
La hormona del crecimiento o GH se sintetiza en la base del cráneo denominada hipófisis y tiene como principal función regular dicha función. Esta hormona prácticamente no se puede detectar en ningún niño dado que la producen en cantidades insignificantes. Sin embargo, es en la adolescencia, cuando el organismo presenta un aumento considerable.
Síntomas de la acromegalia
El gigantismo implica un aumento desmesurado de manos y pies así como un crecimiento anormal de los tejidos blandos y de los huesos. Además se produce un desarrollo exagerado de la lengua y una mandíbula muy prominente con el consiguiente aumento de la laringe que da lugar a una voz cavernosa. El resultado por tanto es un rostro tosco que presenta aumento de surcos cutáneos y una piel untuosa con problemas de sudoración. La acromegalia está comúnmente asociada a un estado de debilidad y cansancio acompañado con frecuente dolor de articulaciones. En las mujeres puede estar asociada a la retirada de la menstruación.