La vitamina D puede reducir el riesgo de ciertos tumores cancerígenos
Las recientes investigaciones persiguen hallar la relación entre el modo de vida y el cáncer con el fin de dar respuesta a esta enfermedad.
El mundo científico ha debatido durante largos años la relación que se establece entre la proliferación de ciertos cánceres y el modus vivendi de algunas sociedades. Las últimas investigaciones han obtenido resultados positivos pero estas no han podido confirmarse a través de análisis clínicos. En la noventa y siete reunión anual para la investigación del cáncer (AARC), se presentaron varios trabajos en lo que se destaca la posible relación entre la vitamina D y la incidencia de ciertos tipos de cáncer.
La vitamina D es una sustancia que se obtiene a través de la exposición al sol, o por medio de la ingestión de una serie de alimentos tales como el aceite de hígado de bacalao, la leche enriquecida, o algunos tipos de pescado. Los expertos mantienen que existe una seria disminución de cáncer de mama en aquellas mujeres que han absorbido vitamina D.
En este sentido la revista Archives of International Medicine ofrece nuevos datos sobre este tema y sugiere que las mujeres que presentan niveles elevados de vitamina D tienen menor riesgo de sufrir cáncer de mama.
Para llegar a esta conclusión se han realizado numerosos pruebas y estudios comparativos entre los cuales destaca el que se realizo en el Hotel Munt de New York. En dicho estudio se analizaron los datos de 576 mujeres con edades comprendidas entre 25 y 59 años con los de otras que no poseían la enfermedad. Los resultados reforzaban la idea de que las mujeres sanas habían consumido productos ricos en vitamina D o habían estado expuestas a la luz solar con relativa frecuencia.
De igual manera, en otro de los estudios realizados se contabilizaron los niveles de esta sustancia en la sangre de un grupo de mujeres con cáncer y sin él. Se pudo comprobar que aquellas que presentaban dosis más elevadas tenían un riesgo menor de desarrollar el tumor.
Carencia de vitamina D
Debido a estas últimas investigaciones, la comunidad científica insiste más que nunca en la necesidad de reforzar el consumo de alimentos ricos en vitamina D; así como de asegurar las dosis mínima adecuadas para conseguir niveles normales de vitamina D en la sangre. Una persona normal debería consumir 1000 UI al día-la medida en que se contabilizan estos niveles se llama Unidades Internacionales-. Sin embargo en países tan desarrollados como los EEUU no se consumen las dosis necesarias y la media de la población ingiere tan sólo 320 IU diarias. Estas deficiencias traen como resultado el elevado numero de ventas en estos países de productos enriquecidos con suplementos. Aprovechando el tirón, las empresas alimenticias incluyen refuerzo de vitaminas en la mayoría de sus productos.
Funciones de la vitamina D
La vitamina D fija el calcio en los huesos por lo que su falta produce desajustes en el crecimiento que pueden dar lugar a problemas de raquitismo. En suma, dicha vitamina es una de las grandes constructoras del sistema óseo y dental pues mantienen los niveles de calcio y fósforo y regulan su absorción por los riñones. En el 2007 algunos estudios afirman incluso, que parece cumplir funciones de antienvejecimiento pues produce Telomeros. Los Telomeros ayudan a que el organismo se mantenga biológicamente más joven.
Posible toxicidad
La vitamina D no se debe de consumir en exceso, pues puede ser tóxica. Debido a que es liposoluble el cuerpo no se desprende de ella, aunque albergue grandes cantidades. Se puede considerar que es nociva a unos niveles de 2400 UI. Por el contrario existen otras vitaminas conocidas como hidrosolubles las cuales son eliminadas por el propio cuerpo cuando hay exceso, como en el caso de la vitamina C.
Fuentes naturales de vitamina D
Principalmente alimentos de origen animal.
- Pescados grasos –salmón, atún, arenque, sardinas, generalmente alimentos abundantes en ácidos grasos-.
- Aceite de hígado de bacalao.
- Huevo -yema.
- Manteca, mantequilla.
- Margarina.
- Leche.
- Quesos.