Melatonina: la hormona de la oscuridad
La melatonina, a partir de los 40, frena el envejecimiento. Así de tajante se muestra Darío Acuña, catedrático de Fisiología de la Universidad de Granada y coordinador de la Red Temática de Investigación Cooperativa sobre envejecimiento.
Sin embargo, como no hay estudios que hayan demostrado la seguridad de su consumo prolongado, no está disponible en todos los países. En EE. UU. la Food & Drug Administration (FDA) no aprueba su uso como fármaco pero en cambio se comercializa como suplemento dietético. La melatonina se comercializa en distintos países de la UE, su venta, en cambio, está prohibida en España.
Pero a pesar de que todavía no existe suficiente evidencia científica de los efectos beneficiosos que promete la melatonina, su uso está cada vez más extendido. Y en los últimos años se ha disparado su consumo. Con la esperanza de mejorar la salud y prolongar la juventud, miles de personas se tratan con esta hormona a menudo influidas por el efecto mediático de personajes famosos. Los beneficios de la melatonina son objeto de controversia entre los que defienden sus múltiples virtudes y los que recomiendan prudencia.
El caso es que según numerosos estudios experimentales, entre ellos los de la Red Temática de Investigación Cooperativa sobre envejecimiento, financiada por el Instituto Carlos III y coordinada por Darío Acuña, la administración de melatonina a partir de los 40 años es un procedimiento de elección para frenar el deterioro que se produce con el envejecimiento y también algunas patologías degenerativas asociadas a la edad. “Hoy día sabemos que el déficit de melatonina que aparece con la edad es una de las causas de los signos clínicos del estrés oxidativo y nitrosativo. Sin embargo, y a pesar de que existe esta herramienta farmacológica para combatirlo, no podemos aplicarla clínicamente porque su venta está prohibida“, lamenta el fisiólogo.
La melatonina es un compuesto natural, que produce el organismo humano al igual que los animales y las plantas. La melatonina es un excelente antioxidante endógeno, y combate eficazmente a los radicales libres. Además, ejerce funciones antiinflamatorias importantes, disminuyendo la producción de óxido nítrico cuando éste se eleva por encima de valores normales. La melatonina regula la función de muchas otras enzimas antioxidantes, por lo que su eficacia es mucho mayor que si actuara de forma independiente, como le ocurre a la mayoría de otros antioxidantes.
Su producción disminuye a partir de los 35 años de edad, y se considera que este descenso marca el inicio de los procesos de envejecimiento. Según Darío Acuña la melatonina sirve, por lo tanto, para mantener unos niveles endógenos adecuados que permitan mantener a su vez sus funciones celulares como antioxidante y antiinflamatorio, lo que llevará a una mayor calidad de vida.
Se ha comprobado que la melatonina que produce la glándula pineal, situada en el centro del cerebro, depura los radicales libres de oxígeno y frena la producción de óxido nítrico, una doble actividad antioxidante y antiinflamatoria que protege del envejecimiento. Pero cuando su producción decae, en un 25% a partir de los 40 años, comienzan a aparecer los signos del estrés oxidativo y nitrosativo que se agudizarán cuanto mayor sea el déficit de esta hormona que regula el ciclo circadiano. Los restantes órganos del cuerpo también producen melatonina, aunque con una función bien distinta, la de mecanismo de defensa contra cualquier tipo de toxicidad.
Según el especialista, cuando se trata de prevenir el envejecimiento la dosis de melatonina exógena tiene que incrementarse con la edad, acorde con el déficit de producción en la pineal. Hacia los 40 años se comienza con 3-5 mg diarios, que subirán hasta 10 entre los 50 y los 55 años. A partir de los 60-65, y hasta el final de la vida, se administran como mínimo 15 mg, ya que la producción orgánica es prácticamente nula. Pero advierte de la inutilidad de administrar melatonina para evitar las alteraciones de la vejez si no se compagina con hábitos saludables como la dieta equilibrada, ejercicio moderado y mantenimiento de la actividad cognoscitiva.
Otros usos más conocidos de la melatonina son la prevención del jet lag, y la regulación del insomnio de causas no orgánicas, sustituyendo en algunos casos a las benzodiacepinas.
Acuña ha mostrado los resultados de estudios experimentales con melatonina en ratones con senescencia acelerada, durante su intervención en un curso organizado por el Instituto de Envejecimiento de la Universidad de Murcia. Los resultados concluyen que, a los 10 meses de edad, los animales que no se trataron con la hormona presentaban signos inequívocos de daño oxidativo y nitrosativo. Estos aparecen en casi todos los tejidos analizados, incluyendo signos de degeneración neuronal; pero en los animales tratados con melatonina desde el primer mes de nacimiento, aunque también aparezcan ciertos daños en el corazón y el hígado, se observa una reducción relevante de patologías asociadas con la edad. “Es más, hay repercusión cognitiva: los ratones placebo eran incapaces de aprender nada nuevo a los diez meses, mientras que los tratados con melatonina seguían como en etapas anteriores y ni siquiera tenían apariencia de ratones viejos“.
Otra investigación del grupo de Darío Acuña ha mostrado que la melatonina aumenta la longevidad en dos modelos de ratón, uno de ellos con senescencia acelerada, ya que los animales tratados lograron vivir tres meses más. “Esto nos lleva a concluir que la melatonina no sólo mejora las condiciones de vida sino que aumenta sus expectativas. En los humanos es más importante tener calidad de vida durante el envejecimiento que prolongarla, pero hemos visto que los ratones viven más por mejorar sus actividades físicas y cognoscitivas“, ha explicado Acuña. No obstante, sugiere ser cautos con la administración de la hormona en tres situaciones: el embarazo, como recomendación genérica; las enfermedades autoinmunes, porque al ser la melatonina un estimulador del sistema inmunológico podría exacerbar la enfermedad, y también en uso pediátrico, puesto que inhibe el desarrollo puberal. De hecho, se ha evaluado su uso para inhibir ese desarrollo y potenciar el crecimiento de niños de talla baja.
Trasladado al ser humano, estos datos implican que entre los 35 ó 40 años de edad, vamos a presentar los primeros signos de envejecimiento y que, por tanto, es el momento idóneo para realizar aquellos procedimientos encaminados a conseguir un envejecimiento más saludable. Si tenemos en cuenta que, además, es a esa edad cuando la producción endógena de melatonina disminuye ya significativamente, la administración diaria de melatonina a partir de este momento podría ser de gran utilidad en la prevención de ese daño mitocondrial y conseguir ese estado de envejecimiento saludable.
La presencia de melatonina en las plantas, y en elevada concentración en algunas de ellas como los cereales (sobre todo avena y maíz), nueces, cerezas, algas, té verde, y también en el vino tinto, hace que diariamente estemos ingiriendo una cierta cantidad de ella con la alimentación. Sería posible adecuar la cantidad de melatonina que ingerimos a partir de cierta edad, combinando aquellos alimentos que mayor contenido en esta sustancia presentan. Sin embargo, esto no es fácil, y lo más recomendable sería su administración vía oral por medio de cápsulas o pastillas, que es como está comercializada en diversos países. Los mayores y mejores estudios sobre melatonina se realizan en España. El resto de países donde sí se permite su comercialización, aprovechan estas magníficas investigaciones en beneficio propio.
Por otro lado, según un trabajo publicado recientemente en Science, la melatonina podría dañar la formación nocturna de nuevos recuerdos. Los investigadores del equipo de la Universidad de Houston, en Estados Unidos, han confirmado que la hormona está relacionada con el reloj biológico y los ritmos circadianos, pero también con los daños en la formación de la memoria durante los periodos de sueño. En el trabajo se explica que la melatonina, conocida como “la hormona de la oscuridad” por su labor reguladora de los patrones de sueño y vigilia, podría realizar esta labor inhibiendo directamente la formación de nuevos recuerdos. La investigación, realizada en el pez cebra, ha analizado el mecanismo por el que el reloj biológico controla la creación de la memoria. Gregg Roman, del Departamento de Biología y Bioquímica de la citada universidad estadounidense, ha señalado el interés de su equipo “en el control del ritmo circadiano. Observamos que el pez cebra es capaz de aprender en su fase activa durante el día, pero durante sus fases de sueño -por la noche- su capacidad descendía notablemente“.
Dos años de investigaciones han llevado al equipo de Roman a formular una hipótesis: la melatonina puede ser la responsable de este descenso en la capacidad de aprendizaje y de formación de la memoria durante los periodos nocturnos de sueño. Para comprobar si esta teoría era cierta, trabajaron con el frágil pez cebra administrándole melatonina durante el día, y hallaron que la hormona no estaba implicada en el aprendizaje, pero sí en la formación de nuevos recuerdos. De hecho, la melatonina inhibía de forma muy significativa este proceso.
El siguiente paso fue inhibir la señalización de la melatonina durante la noche con un receptor antagonista. Al suprimir la hormona, se mejoró la capacidad de formar de nuevos recuerdos, “comprobándose que la razón que impedía al pez cebra crear recuerdos en periodo nocturno era directamente la melatonina“. Los investigadores extrajeron del pez cebra la glándula pineal, principal fuente de formación de melatonina, y hallaron que podían crear nuevos recuerdos incluso en periodos nocturnos. Con el estudio, Gregg Roman cree que se pueden conservar los efectos beneficiosos de las propiedades antioxidantes de la melatonina: reducir la neurodegeneración y frenar al daño en el ADN, entre otras posibilidades.
Ya que estos efectos antioxidantes son independientes de la señalización, hay esperanzas de que si se elimina la señalización del receptor de la melatonina quizá se puedan combatir exclusivamente sus efectos negativos para la formación de funciones cognitivas. Para comprobar este tipo de teorías, Roman ha emprendido nuevos estudios. Inhibiendo la actividad de la hormona con un receptor antagonista, la capacidad de formación de recuerdos mejora de forma significativa.
Se han descrito numerosas patologías en las que la melatonina puede resultar útil, aunque en muchos casos, los estudios realizados al respecto resultan insuficientes. Como tratamiento contra el cáncer, existen varios ensayos en humanos. Se ha investigado la acción de la melatonina en combinación con radioterapia, quimioterapia, tratamientos hormonales o terapias inmunológicas como interferón y Interleukin-2. Los resultados fueron mixtos, ya que mientras algunos pacientes se estabilizaban en otros progresaba la enfermedad.
Algunos expertos son de la opinión de que los antioxidantes pueden mejorar la eficacia de las drogas quimioterapéuticas y reducir los efectos secundarios, mientras que otros indican que probablemente podrían interferir con la eficacia de los tratamientos. Actualmente no hay una conclusión firme en esta área y la evidencia científica no es suficiente. Varios estudios controlados en pacientes con hipertensión informan de pequeñas reducciones en la presión sanguínea al tomar melatonina por vía oral o al inhalarla por las fosas nasales. A pesar de estos resultados esperanzadores, la mayoría de los ensayos realizados han sido pequeños y no están suficientemente comprobados.
Un tema controvertido es el de la utilidad de la melatonina en el tratamiento del glaucoma. La controversia nace de la sospecha de que altas dosis de melatonina pueden aumentar la presión intraocular y el riesgo de glaucoma así como la maculopatía y miopía relacionadas con la edad. Sin embargo, existe evidencia preliminar de que la melatonina puede en realidad disminuir la presión intraocular en el ojo y se ha sugerido una posible terapia para el glaucoma. Por este motivo se recomienda que los pacientes con glaucoma que toman melatonina reciban la supervisión de un profesional de la salud. Otras indicaciones de la melatonina son tan diversas como el trastorno afectivo estacional, terapia para dejar de fumar, trastorno por déficit de atención con hiperactividad y trastornos convulsivos en niños, reducción de las lesiones neurológicas en pacientes que han sufrido un accidente vascular cerebral y prevención de cefaleas entre otros.
También promete mejorar la actividad sexual; así al menos se ha observado en varones con problemas de erección o en personas de ambos sexos en las que había disminuido el deseo por presentar trastornos del sueño y estados de cansancio o estrés prolongados.
Promesas y esperanzas. En cualquier caso la melatonina sólo ha demostrado de forma fehaciente su eficacia en el jet lag y en algunos trastornos del sueño.
Por favor si alguien especialista (como los que escribiron este articulo) pueda informarme lo siguiente:
tengo 74 años y la melatonina entre 2.5 a 3. mg. me ha servido grandemente. me gustaría saber si la puedo tomar de por vida diariamente. de hecho yo me acuesto y duermo tres horas aprox. me levanto y tomo algo de melatonina y completo la noche plasidamente. es un suplemento extraordinario muy bueno. agradeceré por favor si me informan lo que pregunto es decir, que NO vaya a causar un problema cerebral…..POR FAVOR CONTESTARME AL CORREO QUE CITO elquelital@hotmail.com MUCHAS GRACIAS.
Hola Jesús. El problema de la melatonina es que su uso se ha extendido recientemente, y al ser de nuevo uso, aún no se dispone de información sobre cómo funciona a largo plazo en pacientes que la tomen a diario. Aunque en países como EEUU sí es legal (sólo como complemento dietético temporal), hay países como aquí en España donde esta prohibida su comercialización. Mi consejo es que visites a un médico que te haga un chequeo completo y te diga si realmente te recomienda la melatonina para su uso diario. Un saludo.