Un examen psicológico a los menores
Andalucía exigirá un examen psicológico a los menores de 18 años que quieran someterse a una operación de cirugía estética.
La creciente demanda de intervenciones de cirugía estética entre los jóvenes y adolescentes españoles preocupa a los profesionales y a las autoridades sanitarias.
Por eso la consejería de Salud de Andalucía ha elaborado un decreto que prevé exigir, entre otros requisitos, un examen psicológico a los menores de 18 años, de carácter vinculante, que certifique madurez suficiente para decidir la conveniencia de la operación. El informe lo hará un profesional ajeno a la clínica, con la que no podrá mantener ningún vínculo contractual ni económico.
La Junta pretende aprobar el decreto antes de las elecciones autonómicas del 9 de marzo. Según la consejera María Jesús Montero, se trata de evitar que los menores actúen movidos por desórdenes o trastornos de la personalidad que les deformen la percepción de la propia imagen.
Entre los 16 y 18 años prevalecerá la voluntad del que pretenda operarse, previo informe psicológico favorable y certificado de consentimiento informado. Los que tengan menos de 16 años precisarán, además, autorización de los padres o de los tutores. Las sociedades científicas recomiendan que a los menores de 18 años sólo se les realicen intervenciones quirúrgicas que estén justificadas.
Según la consejera las clínicas silencian las posibles complicaciones de estas intervenciones pese a que en uno de cada diez casos los daños son permanentes y aunque poco frecuentes, también se producen muertes. Por eso, el decreto obligará a las clínicas a dar información concreta a sus pacientes sobre el índice de éxito que obtienen en el tipo de intervención demandada. Con frecuencia, los profesionales se limitan a dar datos generales recogidos de la literatura médica. Preocupan especialmente las secuelas entre los jóvenes porque su crecimiento físico puede no haber concluido aún, “lo que podría ocasionar la necesidad de reintervenciones futuras y falta de madurez para adaptarse a los cambios de la imagen corporal“, según el borrador del decreto.
El texto está en proceso de debate con los representantes del sector, que habrían demandado una regulación de esta actividad. La Junta pretende impulsar la autorregulación mediante un código ético.
Además de este documento, dichas clínicas tendrían también la obligatoriedad de recoger un informe psicológico del cliente, el cual determine la capacidad del menor para asumir los cambios corporales que sufrirá su cuerpo si se somete a esta intervención.
“Con este informe psicológico queremos garantizar que el menor está en condiciones de asumir el cambio corporal que sufrirá tras la intervención“, argumentaba Montero, quien añadía que con el consentimiento informado “lo que queremos es asegurarnos de que el paciente tiene toda la documentación relativa a su crecimiento natural, las consecuencias que podrían derivarse de una intervención de estas características y, por lo tanto, de los riesgos que asume si finalmente decide someterse a la operación“.
Montero señaló que estas medidas responden “no sólo al auge que este tipo de intervenciones está teniendo entre la población adolescente, sino a petición de las propias clínicas que nos han solicitado que fijásemos algún tipo de regulación en su materia, sobre todo, para evitar la competencia desleal“.
En este sentido, la consejera explicaba que el propio sector se ha quejado de que unas clínicas “son más éticas que otras a la hora de aplicar unos requisitos mínimos para someter a una intervención de cirugía estética a una menor, sobre todo, en lo que a ampliaciones de mama o liposucciones se refiere, prácticas por otra parte que viene siendo las más demandada por esta población“.
Campañas entre padres y adolescentes
Precisamente para ahondar en el conocimiento de estas prácticas entre la población general, anunciaba que su departamento también prevé llevar a cabo una campaña de información “dirigida expresamente a los padres y adolescentes y haciendo hincapié en la conveniencia de que tengan en cuenta las distintas fases por las que pasa el cuerpo humano hasta completar su desarrollo, de cara a una posible operación estética“.
“Es bueno incrementar el conocimiento entre la población acerca de los límites de la cirugía estética y sobre cuestiones como que el crecimiento del cuerpo no finaliza hasta que no se cumple la mayoría de edad en la mayoría de casos“, incidía la titular de Salud, quien recordaba que el decreto de atención a los menores establece que en los adolescentes con menos de 16 años “se tiene en cuenta su opinión, si bien son sus padres o tutores, salvo si se encuentra emancipado, los que tienen la capacidad de decisión a la hora de que puedan someterse o no a una operación del tipo“.
En cualquier caso, admitía que en mayores de 16 años el criterio del menor “prima sobre el del equipo médico o el de los padres o tutores“. En este contexto, aclaró, “es en el que planteamos todas estas medidas que permitan garantizar a usuarios y padres que conocen perfectamente los pormenores y riegos de estas intervenciones, ya que, aunque serán de obligado cumplimiento por parte de las clínicas, los informes no serán vinculantes en el caso de que el cliente decida definitivamente asumirlos“.
Aumentos de mama como regalo de cumpleaños
Así, y a modo de ejemplo, exponía que se informarán a las jóvenes que tenga una mama inferior a la media, y quieran por ello someterse a una ampliación de la misma, “que ello no significa que no tenga por delante un período de desarrollo natural“. “Con estos elementos ayudaremos también a los padres de las menores de 16 años para que sepan decidir mejor que es lo más le conviene a su hijo“, enfatizó Montero, que concluyó que “no es infrecuente que cada vez con más frecuencia las niñas soliciten como regalo de cumpleaños un aumento de mama o una liposucción“.
Las clínicas estarán obligadas a llevar un registro de las operaciones realizadas, certificar la formación de sus profesionales y realizar una memoria anual que enviarán todos los años a la Junta de Andalucía. Con ello se trata de paliar la actual falta de datos fidedignos. Las estimaciones asumidas por la Junta consideran que en Andalucía se realizan unas 10.000 operaciones anuales a menores de 18 años, unas 38.000 en toda España, efectuadas sin más control que el buen criterio de los profesionales. Pero apenas el 10% de los médicos que realizan las operaciones son en realidad cirujanos plásticos. El 85% de quienes se operan son mujeres, aunque de un tiempo a esta parte se observa un incremento de hombres.
España es el cuarto país del mundo en números absolutos de operaciones de cirugía estética, detrás de Estados Unidos, México y Argentina y el primero en implantación de prótesis de mama. La demanda, impulsada por una publicidad muy agresiva de determinadas clínicas, crece a ritmo vertiginoso sin tener en cuenta los riesgos que entraña. En seis años se ha triplicado el número de profesionales que se dedican a esta actividad, prueba de que ha calado hondo en los adolescentes la idea que asocia imagen física con éxito social. Las administraciones públicas han dejado hacer, hasta ahora, sin regular un sector que, en ocasiones, genera daños físicos y psíquicos, denuncias… y crecientes ingresos, de unos 1.400 millones de euros anuales, para unos 6.000 profesionales.