Baobab, el árbol sagrado
El baobab es un arbol que se ha usado desde hace siglos con fines medicinales, siendo considerado casi como sagrado por sus múltiples propiedades. La más conocida probablemente sea su alto contenido en vitamina C.
Orígenes y cultivo
Se sabe que los antiguos egipcios ya utilizaban el baobab con fines medicinales, por sus propiedades analgésicas, antipiréticas y antiinflamatorias. También ha tenido un uso cosmético desde la antigüedad, pues las proteínas, vitaminas y minerales que contiene tienen un alto poder nutritivo y regenerador. Sin embargo, el baobab no se ha cultivado tradicionalmente, sino que los pueblos autóctonos se han servido desde siempre de los ejemplares que crecen de manera espontánea en todo el África subsahariana, Madagascar y Australia.
Para estas tribus, el baobab es un árbol sagrado. En Madagascar, por ejemplo, es habitual encontrar ofrendas junto a ellos, ya que se piensa que son la morada de los espíritus. Y por toda África es un árbol venerado por favorecer las cosechas, la fertilidad y la buena suerte. Y eso que hubo un tiempo en el que no contaba con muy buena fama que se diga. Cuenta la leyenda que los baobabs eran unos árboles tan presumidos que un dios les castigó dándoles la vuelta. Por eso ahora las ramas están enterradas y las raíces se elevan hacia el cielo, como pidiendo perdón a los dioses.
Un árbol muy útil
Aunque se desconoce el origen del término baobab, en algunos sitios es conocido como “árbol de las mil semillas” o “árbol de los mil años”. Lo cierto es que bien podríamos llamarlo árbol de los mil usos, por la variedad de utilidades que se le han dado desde antaño.
De estos árboles milenarios -se sabe que pueden vivir más de 3,000 años- se aprovecha absolutamente todo. El tronco, que suele estar hueco, sirve como depósito para el agua; la corteza se utiliza para hacer canoas, utensilios y cuerdas; con las hojas se hacen infusiones, pomadas y cataplasmas para tratar la fiebre, la inflamación, el asma y la tos; y el aceite obtenido al prensar las semillas tiene usos medicinales, cosméticos y culinarios.
En cuanto a la alimentación, los brotes tiernos y las raíces de los ejemplares jóvenes se consumen directamente, así como los frutos. Las hojas se emplean para ligar el cuscús. Las semillas se consumen asadas o se tuestan para hacer una especie de café. Aunque el uso más habitual en todo el continente africano es la elaboración de una bebida refrescante y muy energética conocida como zumo de buoy.
Las propiedades del baobab
Los frutos del baobab son ricos en vitamina C – hasta seis veces más que las naranjas, por ejemplo. Esta cualidad hace que sean muy beneficiosos para proteger al organismo de los radicales libres que aceleran el envejecimiento. Además, también sirve para ayudar a la absorción intestinal del hierro y el calcio presentes en la pulpa.
Por otra parte, tiene una alta concentración de fibra, tanto soluble como no soluble. Esto le confiere un beneficio con respecto a otras frutas, puesto que el equilibrio entre ambos tipos de fibra tiene un efecto prebiótico, lo cual facilita la digestión, previene la diarrea y activa el sistema inmunológico.
Cómo integrar el baobab en nuestra alimentación
La pulpa se puede adquirir en polvo, deshidratada por medios naturales. Se recomienda consumir 1 o 2 cucharadas diarias. Tiene un sabor muy agradable, ligeramente agridulce, y se puede tomar diluida en agua, zumo o leche vegetal. También se puede mezclar con avena, yogur o macedonia de frutas. O elaborar un batido con la pulpa como ingrediente. Por ejemplo, un batido a base de leche vegetal, azúcar de palma, mango, frutos rojos y pulpa de baobab es perfecto para el desayuno, por la cantidad de nutrientes que nos aporta. Pura energía con un sabor delicioso!