7 beneficios de consumir pescado regularmente
No cabe duda de que llevar una vida sana implica seguir una nutrición equilibrada; y ello incluye, necesariamente, el consumo de pescado. Gracias a su riqueza en proteínas, vitaminas, minerales y ácidos grasos omega-3, los productos del mar son fundamentales en nuestra dieta a lo largo de todas las etapas de nuestra vida.
Desde hace años se registra en España un descenso fuerte y continuado del consumo de este tipo de alimentos, tanto frescos como congelados. Esto se debe en parte al aumento de su precio. Así, los españoles incluimos cada vez menos pescado en la cesta de la compra: a lo largo de 2015, su consumo cayó un 2,4% respecto al año 2014, según el Informe del consumo de alimentación en España.
En definitiva, el pescado es una pieza angular en la dieta de cualquier persona, y sus propiedades nutricionales juegan un papel indispensable en todas y cada una de las etapas de nuestra vida: en la infancia, la adolescencia, el embarazo, la lactancia y la vejez.
Beneficios del pescado
1. Fortalece nuestro corazón. Con su gran aporte de ácidos grasos omega 3, el pescado es enormemente cardiosaludable: ayuda a reducir la presión arterial, evita la obstrucción de los vasos sanguíneos y ayuda a prevenir enfermedades del corazón, autoinmunes e inflamatorias. Además, también optimiza las funciones cerebrales.
2. Aporta una buena dosis de minerales. El pescado es rico en yodo, flúor, calcio, magnesio y zinc. Por ejemplo, las anchoas, las sardinas, las almejas y los berberechos son grandes fuentes de calcio, que interviene en la fortaleza de los huesos, la trasmisión del impulso nervioso y la coagulación sanguínea. Por otra parte, el salmón, el bacalao, el atún y los mejillones son ricos en yodo, esencial en la dieta de mujeres embarazadas o con problemas de tiroides.
3. Es un alimento multivitamínico. La ingesta regular de pescado refuerza nuestro organismo y previene numerosas dolencias. Gracias a su aporte de vitaminas A, B, D y E es antioxidante, fortalece los sistemas inmune y nervioso y ayuda a mejorar la salud cardiovascular.
4. Es idóneo para personas enfermas. Debido a que el pescado tiene menos colágeno que la carne, y a que destacan su consistencia suave y digestibilidad, es un alimento muy aconsejado para quienes padecen úlceras, gastritis, reflujo o dispepsia. Igualmente, es bajo en sodio y se recomienda a quienes siguen dietas sin sal.
5. Ofrece un aporte calórico bajo. Es una buena opción para quienes quieren guardar la línea: el pescado magro apenas cuenta con 80 kilocalorías cada 100 gramos, y no más de 200 kilocalorías en el caso de los azules. Además, como sus grasas son insaturadas, este alimento ayuda a reducir tanto los niveles de colesterol en sangre como el riesgo de sufrir enfermedades cardiacas.
6. Contribuye a mejorar nuestra visión. El alto contenido del aceite del pescado en los ácidos grasos omega-3 como el DHA contribuye a un mejor funcionamiento de las células fotorreceptoras del ojo y a un mantenimiento de la salud del mismo. Entre las enfermedades que ayuda a prevenir un consumo adecuado de los nutrientes del pescado destaca el síndrome del ojo seco. Además, también ayuda a hacer frente al envejecimiento temprano de la vista, un aspecto esencial en un mundo en el que cada día más mantenemos nuestra vista fija en pantallas, móviles y ordenadores.
7. Ayuda al crecimiento. La riqueza en proteínas de la composición de los pescados y los mariscos es igual o superior a la de la carne. También presentan una gran cantidad de aminoácidos, imprescindibles para que el organismo crezca normalmente. Por ello es importante empezar a consumirlo desde la infancia.
Día a día nos es más difícil seguir una dieta saludable que nos aporte los nutrientes que nuestro cuerpo necesita, entre ellos los que nos aporta el pescado. Los ácidos grasos omega-3, EPA y DHA que ayudan a mantener unos niveles estándar de triglicéridos en sangre, también mantienen la tensión arterial normal en niveles adecuados. Es por ello que algunas opciones como los complementos alimenticios permiten tener una nutrición óptima.