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Las lentes de contacto poseen una graduación determinada según el problema de visión que tenga el usuario. Son curvadas, transparentes y muy delgadas. Se colocan sobre la película lagrimal que envuelve la córnea y permiten ver perfectamente sin necesidad de usar gafas. Sin embargo, ¿sabías que existen muchos tipos diferentes? Aquí queremos hablarte de todos ellos para ayudarte a elegir las que más te convengan.

Lentes de contacto blandas

Son las preferidas de casi todos los usuarios de lentillas. Esto se debe a que resultan muy cómodas de usar por su carácter flexible y por la alta transpiración que permite en el ojo. Además, por precio y prestaciones, son las más adecuadas para quienes alternan su uso con el de las gafas. Podemos distinguir todos estos subtipos:

· Lentillas diarias. Como su propio nombre indica, son de un solo uso. Es decir, te las pones y, cuando decidas quitártelas, deberás tirarlas ya que no será posible volverlas a usar. Esto hace que no sean necesario comprar líquido de mantenimiento ni contar con ningún estuche de almacenamiento especial. Eso sí, admiten el uso de colirios y otras sustancias para hidratar el ojo mientras se utilizan. Son las recomendadas para deportistas, personas con alergia y para quienes prefieren las gafas pero necesitan usarlas de forma puntual.

· Lentillas quincenales. Tienen una vida útil de dos semanas, aproximadamente. Pasado ese tiempo, deben ser sustituidas. Por tanto, sí requieren del uso de sueros de mantenimiento y limpieza mientras no se están utilizando. Nunca se deben dejar puestas a la hora de dormir. Son especialmente aconsejables para quienes sufren sequedad ocular. Además, son un tipo de lentes de contacto más baratas que las diarias.

· Lentillas mensuales. Son exactamente iguales que las quincenales, pero poseen una vida útil más prolongada. En concreto, esta llega a ser de un mes. Requieren del mismo mantenimiento que las anteriores.

· Lentillas de uso prolongado. Son las más caras dentro de las consideradas blandas. Se elaboran a partir de hidrogel de silicona, un material muy innovador y avanzado. De hecho, permite que el ojo se oxigene cinco veces más que usando cualquier otro tipo de lente de contacto blanda. Tanto es así que ni siquiera es necesario quitártelas a la hora de ducharte o de dormir. Puedes tenerlas puestas hasta 30 días seguidos sin ningún problema ni molestia.

Lentes de contacto rígidas

Fueron las primeras en aparecer en el mercado. Por ello, siguen siendo las preferidas de muchos usuarios, si bien es cierto que los oftalmólogos solo recomiendan su uso en los siguientes casos:

· Personas con astigmatismo severo que requieran de una lente de contacto muy dura que se adapte a la perfección a la forma de su ojo.

· Personas con pérdidas de agudeza visual pronunciados. Está demostrado que las lentes de contacto rígidas proporcionan más nitidez que las blandas.

· Personas que sufran o hayan sufrido alguna patología ocular en sus córneas que se haya traducido en irregularidades en su superficie.

En concreto, las lentes de contacto rígidas, también denominadas permeables al gas, se caracterizan por ser bastante duras. Las personas que las utilizan requieren de un poco de paciencia a la hora de acostumbrarse a ellas ya que, durante los primeros días, suelen generar un poco de incomodidad. Pasado ese tiempo, se notan en el ojo lo mismo que las blandas, es decir, nada.

La principal ventaja que ofrecen las rígidas o duras es su prolongada vida útil. Generalmente, pueden ser utilizadas de forma continuada durante 6 o 12 meses, según el caso. Eso sí, nunca se debe dormir con ellas puestas. Y, durante la noche, es necesario introducirlas en líquido de lentillas para su limpieza, desinfección y mantenimiento.

Es bastante habitual que estas lentes de contacto requieran del uso de colirios y de otras sustancias hidratantes para el ojo. Esto se debe a que su superficie carece de elementos líquidos y a que favorecen muy poco la transpiración y oxigenación del ojo.

¿Para qué problemas oculares puedes usar lentes de contacto?

Las lentillas, ya sean blandas o duras, sirven para corregir los siguientes problemas oculares:

· Miopía. Se usan lentes de contacto divergentes que mejoran la visión lejana.

· Hipermetropía. Poseen un diseño convergente y ayudan a ver mejor de cerca.

· Astigmatismo. También son lentes divergentes, pero cuentan con una lente tórica para corregir la irregularidad y favorecer una visión más nítida.

· Presbicia. Son lentillas bifocales o multifocales, es decir, con dos o más graduaciones dentro de la misma lente para enfocar correctamente en distancias largas, medias y cortas.

Esto es todo lo que debes saber respecto a los distintos tipos de lentillas existentes en el mercado. Ponte en contacto con tu oftalmólogo para que te recomiende las adecuadas para ti y empieza a disfrutar de un nuevo mundo sin gafas.

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